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Importancia de la agilidad en la Transformación Digital

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Importancia de la agilidad en la Transformación Digital

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La Transformación Digital, No es solo la adopción de nuevas tecnologías, sino que involucra cambios en la cultura y el modelo de negocio de una organización. Esta transformación es necesaria para mejorar los procesos y el desempeño de las empresas y, para responder a todos estos cambios y que estas puedan adaptarse, necesitan evolucionar hacia un entorno más ágil.

La agilidad empresarial es fundamental para la transformación digital de las compañías. El objetivo es mejorar su propuesta de valor actual y adaptarse más rápido a los cambios del entorno. Esta permite que los procesos de transformación se realicen de manera más fluida y, como marco de trabajo, permite que los equipos se muevan más rápido y entreguen mayor valor a los clientes.

Esta agilidad se define como la habilidad de una organización para reaccionar y responder de una manera innovadora y creativa ante los cambios. El fin es generar beneficios mediante la rápida adaptación de su sistema al entorno.

Leer también: Claves para mejorar la agilidad empresarial

Para que una empresa implemente e incremente su agilidad empresarial, es necesario analizarla a través de tres dimensiones: Strategic Agility, Tactical Agility y Cultural Agility, las cuales vamos a explicarlas a continuación:

Strategic Agility: Dimensión enfocada en qué es lo que la empresa debe hacer para responder al mercado con el producto correcto y de una forma rápida, buscando el balance perfecto entre la estrategia y la ejecución. Uno de los puntos fundamentales que la compañía debe tener en cuenta es entender al cliente a través de diferentes técnicas.

Tactical Agility: Se centra en cómo la empresa se relaciona, interacciona y genera valor a través de la implementación de las iniciativas en la estrategia corporativa. La base de esta dimensión radica en la agilidad de equipos multidisciplinares para la creación de un producto o solución, medir cómo responde en el mercado y tener en cuenta la escala del proyecto con el objetivo de garantizar una entrega continua de valor con un alto nivel de madurez.

Cultural Agility: Hace referencia a la interiorización por parte de los miembros de la organización de los valores y principios que marcan la capacidad de adaptación de la empresa al entorno, lo que le permite obtener ventaja competitiva. Sin una cultura corporativa basada en la agilidad, es muy difícil que las otras dos dimensiones generen el valor esperado.

Ahora nos preguntamos, ¿por qué la transformación digital debe ir de la mano del agilismo?

En la actualidad, el comportamiento de los consumidores está cambiando constantemente, cada vez más rápido: los momentos de compras, sus preferencias, necesidades, sus formas de pensar y de adquirir los productos. Por ello, el agilismo permite que una organización aprenda más rápido de sus consumidores, del entorno y de sus competidores; sepa si ellos están comportándose como esperaba, así pueden sacar conclusiones para adaptarse.

Para que una organización iguale o mejore la velocidad de cambio que está ocurriendo afuera, es necesario que al interior de la organización haya cambios importantes desde la innovación y la manera cómo piensan, hasta el despliegue de los productos y servicios que ofrecen. La transformación digital habilita esa velocidad.

En el proceso de la transformación digital con la cultura ágil, los equipos tienen el control, hay colaboración mutua, las personas cambian profundamente la manera cómo entendían su rol y se salen de la caja, escuchan más a los otros para poder colaborar, entienden el valor que están generando, son autónomos, tienen más responsabilidad, autogestión y poder de decisión, además, obtienen resultados iterativos e incrementales.

Los beneficios de adoptar agilismo en una compañía dependen del nivel al que se aplique este marco de trabajo. Por ejemplo, si una área de la empresa decide aplicarlo, sus proyectos tendrán más velocidad, es decir, se incrementa el número de proyectos solo por cambiar el trabajo.   

Por ello, si el agilismo se implementa en toda la organización, esta aprende a adaptarse más rápido al mercado, comprender a tiempo los cambios de los consumidores; además los colaboradores de la empresa están felices y se reduce el índice de rotación y por esto, todo se ve reflejado en las utilidades (ganancias) de la empresa.

Cultura ágil de le empresas

Todos los rubros están empezando a comprender que por más que piensen en estrategias, no sirve de nada si no trabajan en la cultura. Y es por eso que agilismo se ha vuelto esa caja de herramientas de la cual podemos disponer para lograr objetivos basados en el propósito, tanto a niveles de equipos  y a niveles de escalamiento en la organización.

Para adoptar una estrategia y cultura ágil, lo primero que debemos hacer en una empresa es entenderla: comprender el propósito, la estrategia, la estructura, la cultura y el talento. Cualquier trabajo que deseemos emprender sin entender estos aspectos de la organización será en vano.

Para esto debemos escuchar, abrir la mente, entender, mantenernos imparciales y, una de las cosas más difíciles de conseguir, evitar dar respuestas apresuradas pero antes de aventurarnos a simplemente dar respuestas basadas en un marco de trabajo y soluciones sacadas de libros, debemos conocer la razón de cada una de estas.

En segundo lugar, debemos conocer el mundo de múltiples metodologías que existen y que se pueden aplicar a cada tipo de empresa y de proyecto nuevamente, intentando entenderlo y aplicarlo antes de querer modificarlo e innovarlo, de lo contrario podríamos fallar.

Lo tercero y último lugar, es aplicar todo el conocimiento que hemos recolectado en el camino. No nos quedemos en el intento, fomentemos más conversaciones generativas, interactuemos con más personas, probemos e intentémoslo, hagamos experimentos cortos y objetivos. Pero, si nos equivocamos, aceptemos el error, con esto habremos aprendido en qué nos equivocamos y cómo salimos de esta situación. Demuestra más experiencia quien evidencia sus casos de fallo y de aciertos que el que solo muestra casos de acierto y que solo le ha ido bien.

Por último, recordemos siempre que la estrategia y la cultura ágil  no se sacan de un libro, sino que se construyen. Es un proceso de aprendizaje continuo y de aplicar constantemente estos puntos mencionados anteriormente. 

¿Tu organización se encuentra en un proceso de transformación? Capacita a tus colaboradores y recorran juntos el camino hacia la transformación digital, conoce más de nuestras experiencias corporativas a la medida aquí.

 

Fuente: David Alejano, Head of Digital Culture & Enterprise Agility Enabler en Vector ITC.

Publicado el: 
13 de Enero